lunes, 21 de julio de 2008

Vergonzoso

Mi madre nunca ha sido muy dada a salir de casa, pero aquel día Juan Pablo II pasaba a la vuelta de la esquina y ella decidió que iríamos a verle (aquel hombre era la viva imagen del abuelo y eso le hacía ilusión).
Fue un "momento Berlanga" en mi vida, pasó con su "papamóvil" igual que Mr Marshall por Perales del Río, y en un par de segundos, allí nos quedamos todos con la misma (o quizá mayor) cara de bobos.
El caso es que en el instante que pasó por nuestro lado (esto lo recuerdo a cámara lenta), él se giró y, rápidamente, nos hizo la señal de la cruz con su mano derecha.
Hoy no sé si aquel gesto fue una bendición o si "er papa" me la juró como un gitano...

Ahora dice el Benedicto que España se está alejando y que "si un caso" pues que se acerca él a vernos, y después de lo dicho, sonrió (qué miedito!!)



Pues yo le digo que Muy Sr. mío:
Le agradecemos el gesto, pero de verdad, no se moleste.
Que el mundo no se arreglará porque Vd. baje un par de días a las mazmorras. Le pido por favor que deje de jugar al Monopoly y salga, para siempre, de su urna de cristal, aún corriendo el riesgo de contagiarse con algún virus de esos que se cargan, cada día, a millones de personas porque no hay dinero para vacunas.
Así que "San Pedro", si vas a poner alguna piedra, infórmate primero de si ha sido trabajada en alguna cantera sudamericana, por algún niño de esos que se matan a currar para poder llevar algo de comida a casa.
Y es que D. Benedicto, una pregunta: ¿Sabe Vd. cuánto cuesta un café de esos que se riegan con sudor y lágrimas?

Que ya está bien de tomarnos el pelo, COÑO!!
* caricatura realizada por Restrepo (un crack en lo suyo)

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