sábado, 18 de octubre de 2008

La tarde se escapó entre líneas


Ayer, la tarde se me escapó entre líneas de autobuses y libros viejos.

Me senté en la última fila de un autobús vacío, para poder zampar tranquilamente el bocata que compré al salir del trabajo (ya sé que no queda muy fiSSno, pero es lo que hay!), y resulta que cuando iba a darle el primer mordisco, me quedé con la boca abierta al ver que quinientas niñas -de esas que son más largas que un día sin pan, pero que aún llevan falditas de cuadros y calcetín de media pierna- pijas, muy pijas, me rodearon sacudiéndose el pelo p´acá y p´allá con el riesgo de tirarme algún "intruso" en mi distinguido ágape, así que antes de empezar, se me atragantó la tortilla perdida en mitad de aquel "osssea-no" !
Bueno, el caso es que, como no aguantaba aquel griterío, me bajé en Cibeles y aproveché para dar una vuelta por las casetas de la feria del libro viejo y antiguo, que mola un montón, sobre todo si tienes pasta y entiendes (que no es mi caso), pero aun así me lo pasé pipa comprando un librito: como era un poco caro le puse "ojitos" al librero, y el tío majete me descontó seis euros y algunos años en una sola frase: "esta ESTUDIANTE me va a arruinar" (jeje).
Después, cuando iba a coger otro autobús para regresar a casa, me encontré (en la puerta del Banco de España) con una manifestación contra el hambre en el mundo, y yo, que andaba medio mareá con un zumo de melocotón en el cuerpo desde la noche anterior, sólo pude solidarizarme con la causa y quedarme allí un ratito, que estaban "los pobres" quejándose de que eran pocos (manifestantes, claro) .

Y nada más,
que mi tarde se salvó..... por los pelos!!



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