sábado, 14 de marzo de 2009

Santa María!




Santa María, qué bien pinta la niña! y yo pintaba y pintaba, y venían las vecinas y ellos decían: enséñales tus pinturas!, y yo se las enseñaba y ellas... pero qué bien pinta esta niña! y yo seguía pintando, y en el colegio me dijo el profesor... haz este dibujo! y yo lo hice, y él lo miró y sacó su polifacética regla -la de los nudillos- y me asusté, y él comenzó a medir, y midió la frondosidad de mis árboles, midió la espesura de mis nubes (qué ffffeo me pareció que midiera la espesura de mis nubes!) y midió todo lo milimétricamente medible y -supongo que en sus ratos libres...- midió mucho más... y esbozó una sonrisa y dijo... bien niña, sigue pintando... (aquello fue algo grande!),


- venga, anda, te dejo que cojas un poquito de aire...-


y pinté, pinté todos los santos de la biblia ilustrada de mi comunión -buahh, les volvía locos cuando hacía aquello!- y pinté las caricaturas del periódico: Felipe González, Guerra, Anguita, Hosni Mubarak (y ese quien es? me decían), y me pasé al retrato y pinté las caras de mis amigas, de mi familia... de todo el que se dejara... y decían: qué bien, pero si es menganito!, y al óleo... joo, pintaba óleos como churros, uno por día, y mi madre me dijo: hija, pinta más despacito que no nos da el dinero "pa" tanto material!, y me pasé al carboncillo, al pastel y al fin,

con mi primer sueldo me apunté a clases de pintura. Ese fue el apoteósico principio de mi final.

Lo recuerdo bien, ella dijo: "alumnos, se acabó el tiempo, ya podéis girar vuestros caballetes para que todos veamos lo que habéis hecho!".

Y entonces aluciné, aluciné de veras al ver al mismo modelo de mil formas distintas -y a cual mejor- ¡¡imaginación al poder!!. Jo, y que triste, qué bella había sido mi ignorancia! Me di cuenta de que yo no era capaz de ver más allá de mis narices y que durante toda mi vida solo había hecho-malas-copias.


Y por eso, como dijo "el pobre niño cantor"...


"CHIIMMM-PUM"



4 comentarios:

mojadopapel dijo...

Me gusta la gracia de tu relato es fresco, agil y un pelin acido,buena mezcla.Un besito pintora.

cuarentaydosymedio dijo...

Donce, ¿no has oído que las comparaciones son odiosas?
Cuando te comparas (o te comparan) pones el criterio de otros en tu obra.
Si lo tuyo te gusta y gusta a los tuyos, ¿qué más da que haya virtuosos que tienen mejor técnica que tú?
En todo caso, la técnica se puede aprender (que es lo que te enseñarán en las clases de pintura). Es más difícil de aprender lo que tú ya tienes: alma de artista.
Disfruta con tu arte.
Un beso.

Anónimo dijo...

Einssss que sólo es un escrito... jejeje, que a mí no me gusta NADA-NADA lo que hacía!!! (joé, si era malííísima) lo que pasa es que es tannn fácil dejarse llevar por los halagos...
Ahora paso y voy a mi bola en todo lo que puedo -y ya no pinto ni la mona, pero pq no me apetece, eh?!-.

Un besito chicos. Muaccccccccc.

Marina dijo...

Yo suscribo, cribo y recribo lo que dice 42'5, que pa eso le quiero.
y ¡Chim pum!
A ti tb te quiero