lunes, 12 de mayo de 2008

En un lugar sin nombre



A veces cuando llega la noche, cuando sé que la soledad es mi mejor consejera; cuando el silencio ensordece y la gente duerme, vive, sueña, se estremece o simplemente yace sobre sus sábanas blancas......
es entonces cuando a veces, en esas noches de hastío o de paz, me reconozco, y me veo pequeña, torpe, curiosa, fiera... y paseo por los tejados de un lugar sin nombre, sin orillas, sin lastres ni ataduras. Sin nada a lo que aferrarse. Sin fe.
Hasta donde yo quiera y hacia donde me lleve el cuerpo o me deje el alma.
Aquí me asiento y esperaré a que llegue el día.

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